La Agencia Tributaria ha completado hoy una gran operación contra el fraude fiscal por las ventas en negro de piezas de recambio de vehículos por parte de centros de desguace. Hacienda ha llevado a cabo el registro de 60 locales de 45 empresas en siete comunidades autónomas por indicios de que ocultaban en torno a la mitad de las ventas de piezas de recambio a talleres y particulares, según fuentes de la investigación, en lo que ha denominado Operación Ballesta.

 

"Las empresas inspeccionadas podrían haber ocultado a la Hacienda Pública un 50% de sus ventas de recambios, generando un fraude en el Impuesto sobre Sociedades y el IVA estimado en cerca de 70 millones de euros al año", según ha conformado la Agencia Tributaria en un comunicado.

Desde el martes, más de 250 funcionarios de la Agencia Tributaria están procediendo al registro de estos Centros Autorizados para el Tratamiento de vehículos al final de su vida útil (CAT), situados en Andalucía, Aragón, Baleares, Castilla-La Mancha, Cataluña, Galicia y Madrid.

Como consecuencia de la operación de entrada y registro se ha abierto inspección contra las 45 sociedades dedicadas al comercio al por mayor de chatarra y a la venta de recambios, actividad, esta última, donde se concentra la actividad defraudatoria. Paralelamente a las entradas y registros, se han iniciado también actuaciones inspectoras sobre diez personas físicas que son socios y administradores de las sociedades investigadas.

Los centros CAT reciben o recogen vehículos al final de su vida útil para realizar en ellos las operaciones de descontaminación y tratamiento que regula la normativa correspondiente y, posteriormente, proceden a la venta al por mayor de esos vehículos como chatarra, o bien venden piezas y elementos de recambio tanto a particulares, como a talleres de automoción y centros de reparación.

Los desguaces son difíciles de controlar porque pagan una cantidad baja por los coches desechados y no es sencillo saber cuántas piezas se recuperan antes de achatarrar los vehículos. Algunas de las empresas investigadas apenas facturaban nada por venta de piezas y recambios y solo lo hacían por la venta de la chatarra. Lo que ha descubierto la Agencia Tributaria es que en muchos casos la venta de piezas era la parte más lucrativa del negocio, pero apenas se declaraba.

"Gran parte de los pagos de piezas de recambio suele efectuarse en efectivo, lo que facilitaba a las empresas investigadas la posibilidad de ocultación de las operaciones. Entre estas sociedades se encuentran desguaces de gran tamaño, que llegan a adquirir cada año decenas de miles de vehículos para su achatarramiento o venta de recambios", explica la Agencia tributaria.

Venta a talleres y particulares

Las ventas en negro se producían tanto a particulares como a talleres, algunos de ellos ilegales. Los desguaces inspeccionados aparentaban concentrar su actividad en la venta mayorista de chatarra, que en algunos casos llegaba a suponer prácticamente toda la actividad declarada. Sin embargo, "realmente la principal actividad en estos centros de desguace es la venta de recambios, que puede suponer, de acuerdo con las estimaciones realizadas, el 60% de las ventas totales reales de este sector", según la Agencia.

En investigaciones previas, la Agencia Tributaria ha observado la existencia de unos márgenes de beneficio sobre ventas declaradas anormalmente bajos en las empresas investigadas, márgenes incluso negativos en muchos de los casos.

Precisamente esta martes, la Guardia Civil informó acerca de una una macrooperación dirigida a localizar talleres mecánicos ilegales, llevada a cabo con el apoyo de Anfac (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones) y Ganvam (Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios), se ha cerrado con la denuncia de 17.070 infracciones administrativas, el descubrimiento de 1.288 talleres ilegales y la clausura de 238 locales. La intervención, que arrancó en octubre del año pasado, fue posible gracias a la realización de 6.548 inspecciones en todo el territorio de competencia del cuerpo.

Aparentemente, parte de las piezas que los desguaces vendían en negro seguían fuera del circuito económico legal al ser los compradores los usuarios finales o talleres que operaban también en negro.

 

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