El petrolero Coastal Energy Resolution era un buque carguero de 180 metros de eslora, casi tan largo como dos campos de fútbol. Botado en Japón en 1981, llegó a la playa paquistaní de Gadani en abril de 2015 para ser desguazado, un lugar a orillas del océano Índico donde acaban su vida grandes buques obsoletos. El paisaje de esa costa se asemeja a un infierno en la tierra lleno de residuos donde los operarios trabajan y viven en condiciones infrahumanas. Las instalaciones, si así se pueden llamar, son inseguras para los trabajadores y su entorno natural está altamente contaminado debido a los residuos tóxicos que deja el despiece de los barcos.
El petrolero pasó sus últimos años de vida transportando petróleo para Cepsaen aguas de Tailandia. Lo hizo bajo pabellón de las Islas Marshall y operado por una filial de la multinacional hispano-emiratí con sede en Mauricio, Viking Storage Solutions (Mauritius) Ltd. (VSSM). Finalmente, con el objetivo de ser desguazado, el barco fue vendido a una sociedad registrada en el archipiélago caribeño de San Cristóbal y Nieves. En el momento de su despiece en Pakistán enarbolaba bandera de Sierra Leona, un pabellón de los llamados de conveniencia usados básicamente para pagar menos impuestos y para eludir responsabilidades legales.
¿A qué suenan los nombres de países como las Islas Marshall, San Cristóbal y Nieves, Mauricio, Emiratos Árabes Unidos o Tailandia? La Unión Europeacalifica todos esos países como paraísos fiscales o jurisdicciones que algún día podrían salir de la lista negra de los estados financieramente opacos si resulta que cooperan en un futuro.
La filtración de documentos internos de una firma ‘offshore’ de Mauricio obtenida por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), que ha dado lugar al trabajo periodístico Mauritius Leaks, y el trabajo realizado por el medio asociado 'Finance Uncovered' permite seguir paso a paso la actividad económica del petrolero Coastal Energy Resolution de Cepsa en sus últimos años. El final de la vida útil del buque está trufado deoperaciones gestionadas desde el mundo ‘offshore’ para eludir el pago de impuestos.
Este es el relato de un caso que afecta directamente a la multinacional de origen español Grupo Cepsa, cuyo único propietario desde 2011 es el fondo soberano de Abu Dabi, hoy conocido por el nombre de Mubadala Investment Company.
Según los expertos consultados, al igual que Cepsa, la mayoría de las firmas que operan internacionalmente con barcos cargueros usan el marco financiero de los paraísos fiscales para eludir impuestos y deshacerse de buques obsoletos en instalaciones que no cumplen con los mínimos requisitos de seguridad laboral y de respeto por el medio ambiente.
“Se da una explotación laboral y medioambiental en los países subdesarrollados por parte de las multinacionales. Existen aspectos morales y éticos en esos procesos de desguace de los barcos que las grandes corporaciones no respetan en su manera de hacer negocio”, explica a El Confidencial Irfan Khan, profesor de Ciencias Medioambientales de la Universidad de Islamabad. “La mayoría de esas ricas empresas están registradas en paraísos fiscales, aunque sean originarias de países occidentales, y se esconden tras intermediarios para no tratar directamente con las plantas de desguace y no comprometerse con un reciclaje limpio y seguro”, añade el profesor Khan.